El Bayern Munich se ha impuesto con total merecimiento al Real Madrid por un resultado que, eso sí, deja franca la eliminatoria para los de Mourinho en la vuelta. Creo francamente que Jupp Heynckes ha demostrado mayor madurez y tranquilidad en sus decisiones, por lo que la victoria bávara es justa. Mientras, al portugués le ha podido la ansiedad y, raro en él, ha olvidado por momentos que las semifinales duran 180 minutos. Mis claves:
1. Casillas, el portero funambulista. Convertir a Iker desde el exterior en un ser superior no le hace ningún bien. Es cierto que no es cuestionable su trayectoria, pero vive una temporada donde acumula una serie de errores impropios de su madurez. El de Móstoles respira bajo la línea y en partidos con balones laterales sufre muchísimo, generando inseguridad. El Bayern explota al máximo las bandas, lugar desde el que llegaron los dos tantos locales. Y en el segundo, Casillas no domina un área pequeña que está lejos de convertirse en coto privado. Como bien he leído en Twitter, manda menos de lo que debería. Mario Gómez, se relame.
2. Batalla en las bandas. En la previa del partido casi todo el mundo hablaba del poderío alemán con Ribery y Robben como puñales por bandas. Precisamente ahí, donde Mourinho no tiene hombres de garantías. Arbeloa y Coentrao han completado un partido con el suspenso como única calificación posible. Alaba y Lahm no se han incorporado demasiado, pero de las botas del segundo ha llegado el gol de la victoria. Nadie sigue al lateral internacional, provoca una nueva fisura en Coentrao y la centra al segundo palo, donde Arbeloa no cierra y Ramos pierde de vista, por enésima vez, al matador. Resultado lógico de un déficit previsible.
3. Pepe y Khedira sostienen al Real Madrid. Creo sinceramente que el equipo blanco se ha sostenido esta noche gracias a Pepe y Khedira. Excepcional encuentro del portugués que no sólo ha tenido que tapar su zona, sino acudir constantemente a corregir los errores posicionales de Sergio Ramos o a cubrir la desgastada cintura de Álvaro Arbeloa. Sami se ha destapado ayudando a los laterales, aunque la guerra estaba perdida por la superioridad individual de 'Robbery'.
4. Mourinho destruye el triángulo. No recuerdo un partido peor planteado por Mourinho. El Real Madrid da la sensación de dominar cuando Xabi Alonso, Khedira y Özil forman un triángulo. El gol de Ribery lleva el nerviosismo antes citado al banquillo y el técnico prueba alternando a Di María con el 10. ¿Desde cuándo un hombre que desequilibra pegado a la cal puede hacerlo bien de mediapunta? El Fideo es un genial driblador, veloz y asistente, pero para actuar detrás del punta no se necesita conducción. Precisamente el gran error del internacional argentino.
5. ¿Está Cristiano? Que se ponga. Las estadísticas hablan de una asistencia de gol del astro portugués. Sólo los números pueden salvarle de un partido donde ha mostrado su lado desquiciante y desquiciado, con apenas una ocasión clara de gol (que marró) y poco o nada de juego generado. Enorme trabajo de Lahm, con Luiz Gustavo en las ayudas o Schweinsteiger. Mediocentros que han sabido entender que su trabajo era frenar para dejar a Kroos que creara.
6. Benzema, MVP. Junto a Pepe y Khedira, probablemente el único futbolista que ha sabido leer entre líneas el partido. Primero buscando el espacio entre Boateng y Badstuber (enormes deficiencias en compenetración entre ambos), segundo jugando a uno o dos toques, la única manera de destruir una defensa poblada. El gol es suyo, aunque el acta lo anote a Özil. Demuestra, una vez más, que es el delantero titular del Real Madrid en los partidos importantes.
7. Cambios. Mención especial merecen las sustituciones. Mientras Heynckes ha dado aire a su Bayern con la entrada de Thomas Müller, Mourinho lo ha ahogado con Granero (le cuesta entrar en ritmo) y Marcelo. ¿De qué ha jugado el brasileño? Me ha parecido perfecta la decisión de incrustarlo por delante de Coentrao, para defender a Lahm, pero el carioca ha terminado escorado a la derecha. Y todos sabemos el resultado de perder de vista a Lahm, el gol de Mario Gómez. Lo de Higuain no merece la pena ser analizado, su bagaje en 13 minutos ha sido una protesta que le ha costado la tarjeta amarilla.
8. Para la vuelta. La alegría de Heynckes, con la cara más roja que nunca, se entiende perfectamente. Para el Bayern, ir al Bernabéu a jugar al contraataque es un regalo caído del cielo. Robben, Ribery y Mario Gómez en punta, con el despliegue físico del centro del campo. Además, no cuentan con desgaste liguero, mientras que el Real Madrid se juega la Liga en el Camp Nou. El 2-1 hace favorito a los blancos, pero cambia un mundo el planteamiento.
9. Lass Diarra. No es buena la relación del mediocentro con Mourinho, ni con el madridismo en general, pero le veo como una opción vital para frenar a Ribery. Jugador pegajoso, rápido y defensivo. Tres características que Arbeloa no conoce, por otro lado. ¿Se puede contemplar como alternativa? El que debe actuar seguro es Marcelo, que mereció la roja, porque el Real Madrid, esta vez sí, llevará la iniciativa de la posesión.
10. El oficio alemán. Pero nadie debe fiarse del Bayern. El primer tanto llega a balón parado, técnica que dominan a la perfección; el segundo, en la zona Cesarini. ¿Le sorprende a alguien? No, la alta competitividad bávara y el aliciente de disputar la final en el Allianz le convierten en el rival más complicado posible.
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